Cualquier persona en sus relaciones personales y empresariales, busca fundamentalmente la confianza en las personas o entidades con las que se relacional.
Si hacemos una pequeña encuesta veremos cómo los ciudadanos buscan en su banco o caja, algo o alguien que le inspire la confianza de que el esfuerzo conseguido por el duro trabajo, está seguro y si no va a producir mucho, por lo menos que tenga Tranquilidad.
En la última década, hemos tenido a nuestras entidades financieras como nuestro compañero de negocios o de vida personal que obtenía beneficio de nosotros y viceversa. Todo iba bien hasta que llego el año 2007, y ahí empezó todo a cambiar. ¿Pero quién cambio? ¿ los clientes o las entidades financieras.?
Las ingentes cantidades de dinero que ganaban los bancos, las ingentes cantidades que ganaban sus directivos, altos y medianos, y las prebendas de las que gozaban los empleados, las faraónicas obras sociales de las cajas de ahorros, regalos, viajes para consejeros, comités directivos etc….. nadie quería perderlo.
En 2007 Empezó una venta de productos financieros a gran escala, de alto riesgo y escasa información. Empezó el cobro de las comisiones por cualquier tipo de servicio, lo que antes no se cobraba ahora sí, lo que antes se cobraba 5, ahora se cobra 15. Si el cliente es de los afortunados a los que se le concede una hipoteca, deberá de comprar los siguientes productos: domiciliar nomina, recibos de todas clases, hacer seguro de la vivienda, hacer seguro de vida, contratar tarjetas de crédito, hacerse una póliza sanitaria, y todo con las empresas que india la propia entidad. Aún así, después de ser la única empresa en este país, que ha subido sus precios en todos sus servicios, muchas de ellas han quebrado, y los propios ciudadanos con sus impuestos han tenido que poner dinero para que el “ sistema no se caiga “.
¿ Alguien lo va a devolver? Los ciudadanos que pierden su trabajo porque la Administración no paga a sus proveedores, los que lo pierden por los recortes en todo tipo de servicio social, educación, sanidad , los que se ven afectados porque sus empresas no reciben financiación …..todos ellos después de pagar para que el sistema no se caiga, vuelven a pagar para reajustar el sistema.
En síntesis, y volviendo al principio, todos hemos confiado en la persona que estaba en la entidad financiera, y ésta a partir de 2007, utilizo nuestra confianza, nos engaño, para el beneficio de su empresa. ¿ cómo se puede explicar a una persona de 65 años que sus ahorros de toda la vida, los ha perdido porque los tenia en producto de riesgo, aunque él pensaba que estaba a plazo fijo o en un fondo garantizado?. ¿ cómo se puede decir a una pequeña pyme que no le renuevan sus pólizas de crédito, aunque este al corriente de todo, cuando hace dos años la propia entidad financiera le “ acosaba “ para venderle la póliza ,para que tuviera liquidez, o para pagar a sus proveedores…… y cuando la pyme ha utilizado dicho instrumento, la entidad le dice que se lo tiene que devolver.
Todo es sumamente indignante.
¿ Donde miramos? A la Justicia, …a los políticos,… a los grandes Hombres de empresa, o generadores de ideas. Solo os puedo animar a mirar hacia nuestra Justicia, con todos sus males: Es lenta, es Imperfecta, es Cara ( nuestro ministro se ha encargado de rematarla ), y por si fuera poco a veces falla, y no precisamente a nuestro favor.
Para que no vuelva a ocurrir, ya sabemos que hemos aprendido mucho y de forma rápida, y que solo teniendo a mano a un Abogado, podemos ir con tranquilidad.
Carlos Díaz