En el mundo empresarial, existen diferentes formas de emprender y establecer un negocio. Una de ellas es a través de la figura del autónomo societario, que implica la constitución de una sociedad mercantil. En este artículo, exploraremos en detalle qué es un autónomo societario, cuáles son sus requisitos y cómo se diferencia de otros tipos de autónomos.
¿Qué es un autónomo societario?
Un autónomo societario es un trabajador por cuenta propia que decide establecer su negocio bajo la forma de una sociedad mercantil. Esto implica que el autónomo societario no opera como una persona física individual, sino que constituye una entidad legal separada de su persona. Al hacerlo, el autónomo societario asume el rol de socio en la sociedad mercantil que ha creado.
La principal diferencia entre un autónomo societario y otros tipos de autónomos radica en la responsabilidad frente a las deudas y obligaciones del negocio. Mientras que un autónomo persona física responde con su patrimonio personal, el autónomo societario tiene la ventaja de que las deudas y obligaciones son responsabilidad de la sociedad y no afectan directamente a su patrimonio personal.
Requisitos para ser autónomo societario
Para convertirse en un autónomo societario, es necesario cumplir con ciertos requisitos. En primer lugar, se debe constituir una sociedad mercantil, que puede adoptar diferentes formas jurídicas, como una sociedad limitada (SL) o una sociedad anónima (SA). La elección de la forma jurídica dependerá de las necesidades y objetivos del autónomo societario.
Además, el autónomo societario debe tener al menos una participación accionarial en la sociedad. La cantidad mínima de participación puede variar, pero generalmente se requiere tener al menos el 25% del capital social de la empresa. Asimismo, es necesario desempeñar funciones de dirección o gerencia en la sociedad.
Diferencia entre autónomo y autónomo societario
Aunque tanto el autónomo como el autónomo societario son trabajadores por cuenta propia, existen diferencias significativas entre ellos. Mientras que el autónomo tradicional opera como una persona física individual, el autónomo societario establece una sociedad mercantil. Esto implica que el autónomo societario tiene una entidad legal separada de su persona, lo que le brinda una mayor protección frente a las deudas y obligaciones del negocio.
Otra diferencia importante es la forma en que se cotiza a la Seguridad Social. Mientras que los autónomos tradicionales cotizan en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA), los autónomos societarios cotizan en el Régimen General de la Seguridad Social. Esto puede tener implicaciones en cuanto a las cuotas de cotización y los beneficios a los que se tiene derecho.
Cuota para ser autónomo societario
La cuota de cotización para ser autónomo societario se establece en función de la base de cotización elegida y las tarifas correspondientes al Régimen General de la Seguridad Social. La base de cotización es el salario sobre el cual se calculan las cotizaciones sociales.
Es importante tener en cuenta que la cuota para ser autónomo societario puede variar según diferentes factores, como la edad, el tipo de sociedad y la actividad económica desarrollada. Por lo tanto, es recomendable consultar con un asesor o gestor especializado para determinar la cuota exacta en cada caso.
¿Cómo darse de alta como autónomo societario?
El proceso de darse de alta como autónomo societario implica realizar una serie de trámites administrativos. A continuación, se detallan los pasos principales a seguir:
- Constitución de la sociedad: En primer lugar, es necesario constituir la sociedad mercantil. Esto implica redactar los estatutos de la sociedad, otorgar la escritura pública ante notario y realizar la inscripción en el Registro Mercantil correspondiente.
- Alta en Hacienda: Una vez constituida la sociedad, se debe solicitar el alta en Hacienda. Esto implica obtener el número de identificación fiscal (NIF) de la sociedad y presentar el modelo 036 o 037, en el que se especifica la actividad económica que se realizará.
- Alta en la Seguridad Social: El siguiente paso es darse de alta en la Seguridad Social. Para ello, es necesario presentar el modelo TA.0521 y la documentación requerida, como la fotocopia del DNI del autónomo, la escritura de la sociedad y el modelo 036 o 037.
- Comunicación de apertura: Finalmente, es necesario comunicar la apertura del negocio a las autoridades competentes, como el Ayuntamiento o la Administración Autonómica. Esto puede implicar obtener licencias o permisos específicos según la actividad económica desarrollada.
Es importante destacar que el proceso de darse de alta como autónomo societario puede variar según la comunidad autónoma y la forma jurídica de la sociedad. Por lo tanto, es recomendable consultar la normativa vigente y contar con el asesoramiento adecuado para asegurar el cumplimiento de todos los requisitos legales.
¿Cómo cobra su trabajo un autónomo societario?
El autónomo societario puede cobrar su trabajo de diferentes formas, dependiendo de la estructura de la sociedad y las decisiones tomadas en el ámbito societario. Algunas opciones comunes son:
- Nómina: El autónomo societario puede establecer un salario fijo y cobrar mensualmente a través de una nómina como cualquier otro trabajador asalariado. En este caso, el autónomo societario estaría sujeto a retenciones de IRPF y cotizaría a la Seguridad Social como cualquier otro empleado.
- Dividendos: Otra forma de cobrar el trabajo como autónomo societario es a través de los dividendos que se reparten entre los socios de la sociedad. Los dividendos son la parte de los beneficios distribuidos entre los accionistas de la sociedad. En este caso, el autónomo societario debe tener en cuenta las implicaciones fiscales y contables relacionadas con los dividendos.
- Honorarios profesionales: Si el autónomo societario presta servicios profesionales, también puede facturar sus servicios a través de la sociedad. En este caso, el autónomo societario emitirá facturas por sus servicios y cobrará honorarios profesionales. Es importante tener en cuenta las obligaciones fiscales y contables relacionadas con la facturación de servicios.
Es recomendable consultar con un asesor o gestor especializado para determinar la mejor forma de cobrar el trabajo como autónomo societario, teniendo en cuenta las particularidades de cada caso.
Preguntas frecuentes sobre los autónomos societarios
A continuación, responderemos a algunas preguntas frecuentes relacionadas con los autónomos societarios:
¿Cuáles son las ventajas de ser autónomo societario?
Ser autónomo societario tiene varias ventajas. La principal es la separación del patrimonio personal y el patrimonio de la sociedad, lo que brinda una mayor protección frente a las deudas y obligaciones del negocio. Además, ser autónomo societario puede facilitar la obtención de financiación y transmitir una imagen más profesional a clientes y proveedores.
¿Cuáles son las obligaciones fiscales de un autónomo societario?
Las obligaciones fiscales de un autónomo societario incluyen la presentación de declaraciones de impuestos, como el Impuesto de Sociedades, el IVA y el IRPF. Además, el autónomo societario debe llevar una contabilidad adecuada y cumplir con otras obligaciones fiscales, como la retención de IRPF en determinados pagos.
¿Puedo ser autónomo societario si no tengo una sociedad?
No, para ser autónomo societario es necesario constituir una sociedad mercantil. Sin embargo, existen otras formas de emprender como autónomo persona física, en las cuales no es necesario constituir una sociedad.
¿Qué tipo de sociedad debo constituir como autónomo societario?
El tipo de sociedad que se debe constituir como autónomo societario dependerá de las necesidades y objetivos del negocio. Algunas opciones comunes son la sociedad limitada (SL) y la sociedad anónima (SA). Es recomendable consultar con un asesor o gestor especializado para determinar la forma jurídica más adecuada en cada caso.
¿Cuáles son las responsabilidades del autónomo societario?
El autónomo societario tiene responsabilidades tanto como socio de la sociedad como trabajador por cuenta propia. Como socio, tiene responsabilidades relacionadas con la gestión y dirección de la sociedad. Como trabajador por cuenta propia, tiene responsabilidades fiscales y laborales, como la presentación de declaraciones de impuestos y el cumplimiento de las obligaciones de la Seguridad Social.
Conclusión
El autónomo societario es una figura que implica la constitución de una sociedad mercantil y tiene ventajas en cuanto a la protección del patrimonio personal y las responsabilidades frente a las deudas y obligaciones del negocio. Para convertirse en autónomo societario, es necesario cumplir con ciertos requisitos y realizar los trámites administrativos correspondientes. Asimismo, es importante tener en cuenta las obligaciones fiscales y las diferentes formas de cobrar el trabajo como autónomo societario. Consultar con asesores o gestores especializados puede ser de gran ayuda para asegurar el cumplimiento de todas las regulaciones y optimizar la gestión del negocio.