insolvencia

Cuándo se puede declarar insolvente una persona

Muchas personas necesitan declararse insolventes, tras verse envueltos en momentos financieros complicados. Es un momento difícil por el que a nadie le gustaría pasar. No obstante, en muchas ocasiones, se torna necesario. La declaración de insolvencia tiene un procedimiento y requisitos a tener en cuenta.

Lo primero que debes saber es que si eres una persona natural no comerciante tienes la oportunidad de renegociar tus deudas con tus acreedoras, antes de sufrir embargos o desahucios. Le ley da la posibilidad a los morosos de ir a un Centro de Conciliación. Está habilitado por el Ministerio del Interior y de Justicia para pedir la solicitud de 60 días hábiles. Estos pueden prorrogarse por 30 días más a partir de esa fecha. Desde entonces, se pueden comenzar las negociaciones con el acreedor en un proceso extrajudicial. Dicho procedimiento lo regula un agente de conciliación.

Durante ese período, se terminan todos los procedimientos judiciales contra el deudor y, además, se suspende cualquier tipo de interés que pudiera generarse derivado de la deuda. Están exceptuados de esta condición los cobros relacionados con la alimentación.

Cuáles son los requisitos para declararse insolvente

No todos pueden declararse insolventes. Hay una serie de pautas a seguir y condiciones a cumplir. El primer requisito es incumplir la cancelación de dos o más obligaciones a más de dos acreedores. Esta situación debe prolongarse por más de 90 días. Si se tienen abierta una o dos demandas de ejecución o de cobro judicial también se califica para declarar insolvencia.

Otra condición es que las obligaciones atrasadas supongan, al menos, la mitad de la deuda total. En caso de que se consiga durante los primeros 60 días hábiles no se aplicará ningún interés.

Si un autónomo o empresa desea declararse insolvente, la deuda no puede superar los 5 millones de euros, no puede haber una sentencia firme en contra del deudor durante un año. El dictamen que no debe existir podría ser por algún delito relacionado con la Seguridad Social, Hacienda, o delitos de falsedad documental y patrimonio.

 

Declaración de insolvencia: mitos y verdades

Hay muchas ideas sobre en qué consiste exactamente la declaración de insolvencia. Algunos creen que las obligaciones de pago terminan, pero no es así. Una autoridad competente y capacitada evaluará minuciosamente la situación patrimonial del deudor que ha pedido la insolvencia. Uno de los grandes problemas futuros que podría acarrear es que todo queda registrado. Si se desea pedir un préstamo hipotecario, será mucho más difícil.

Consultar con un profesional en estos casos es primordial, ya que dicha situación podría volverse en contra en un momento determinado. La persona insolvente es aquella que no puede hacer frente al pago de sus deudas. No es alguien que quiere evadir impuestos, ni responsabilidades económicas.

 

Qué se registra en la declaración de insolvencia

En la legislación española no está prevista como tal, salvo en casos aislados. Por lo general, cuando una persona natural o empresa tiene una deuda, responde con todo su patrimonio actual. Pero, ¿qué pasa si no se dispone de ese capital? Ahí entra la declaración de insolvencia, no antes.

En un principio, se trata de una realidad, no de una declaración formal. Aunque no lo exprese, si no se tienen bienes materiales para responder a una deuda, el sujeto ya será insolvente.

Por legislación penal, si se acredita que el obligado a pagar carece de bienes materiales para hacer frente a la deuda, se declara por parte del tribunal que comienza la situación de insolvencia. No obstante, muchos desean pedirlo antes de llegar a esta instancia.

Ejemplo de insolvencia

Si Javier (nombre ficticio) fuera condenado a estar un año en prisión, pero no tuviera ningún delito, y fuera deudor, podría pedir la declaración de insolvencia para evitar la privación de la libertad. Gracias a la sentencia, no ingresaría en la cárcel. Solo tendría efectos en este ámbito.

Incluso podría ocurrir que una vez suspendida la pena, se continuase con la reclamación y se hiciese responder con los bienes de hoy y de mañana hasta finalizar el pago de la responsabilidad.

¿Es diferente en el caso de las empresas?

Sí. A nivel empresarial existen dos tipos de insolvencia.

Insolvencia provisional. La primera ocurre cuando no se puede realizar un pago de manera temporal. La empresa podrá utilizar capital no líquido para hacer frente a la deuda y responder con patrimonio futuro. Otra opción para no utilizar dinero que no existe es llegar a un acuerdo con los acreedores, situación que no siempre es viable.

Insolvencia definitiva. La empresa carece de activos para hacer frente a los pagos, a corto y a largo plazo.

Sin embargo, tanto los autónomos como particulares declarados insolventes son amparados por la Ley de Segunda Oportunidad vigente desde 2016. Sirve para todo sujeto que pueda entrar en concurso de acreedores.

Si el sujeto que tiene la deuda, no llega a un acuerdo con su acreedor o acreedores, deberá contratar un abogado de inmediato. El insolvente entrará dentro de un concurso de acreedores, donde tendrá que presentar un plan para saldar la deuda en un período de 5 años.

 

En resumen, puedes declararte insolvente cuando…

Un principio básico del derecho civil aplicable en todos los ámbitos es que todos respondemos ante las deudas con nuestro bienes, presentes y futuros. Muchos se han visto tentados a decir: “Me declaro insolvente y asunto terminado”. Cabe recordar, que hasta el año 2015, solo se podían declarar insolventes las empresas, hasta que se agregaron los autónomos y particulares a la lista.

En el caso de las empresas, pueden declararse insolventes o en bancarrota. Pero antes de llevarlo a cabo, siempre, siempre, siempre se debe consultar con un profesional. No hay que tomarse el tema a la ligera, ya que hay que conocer bien la legislación para entender cómo funciona el mecanismo.

Solo conviene declararse insolvente cuando es una situación de fuerza mayor y si es absolutamente necesario. Consultar con profesionales es lo mejor si se tienen dudas sobre este tema. No lo pienses y consulta con nosotros antes de cometer errores irreparables.

Recuerda que Reclamar y Recurrir somos abogados especialista en reclamaciones de la ley de segunda oportunidad.

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